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    Navegando el Lago Windermere en Inglaterra

    ¡Al fin puedo volver a publicar en mi blog! Tenía el acceso bloqueado por motivos de seguridad y no había podido ingresar, así que ahora publico algo que escribí unos días atrás mientras viajaba de Upton Upon Severn, el pueblo más chico de Inglaterra (de verdad sí, googleenlo) hacia Londres, donde estuve 8 días. Ahora estoy en París y mañana vuelo hacia Macedonia, en la Península Balcánica. Ahí me compraré una bicicleta y demás elementos y junto a un amigo pedalearemos hasta Bansko, un pueblo en las montañas de Bulgaria. ¿Quién dijo aventura? jajaja

    El último día antes de irme del Centro de Meditación Budista Manjushri, con Inés, una chica alemana voluntaria al igual que yo, decidimos ir de excursión al lago Windermere, el más grande de Inglaterra (16.8 km de largo) cuyas orillas sirven de asentamiento para pequeñas villas, ‘casas de veraneo’ como decimos en Chile, y también para lujosos hoteles y spas. Es un lugar donde el turismo está muy desarrollado, y al recorrerlo en bote te das cuenta del porqué: el paisaje hermoso y relajante con sus verdes praderas, montañas nevadas en invierno y un lago azul profundo crean un contraste digno de ser retratado en una pintura. Por supuesto que en una fotografía también, como hice yo desde el barco que tomamos en Lakeside.

     

    Para llegar ahí desde el Centro Manjushri caminamos hasta Ulverston, y en la parada principal de buses, justo afuera de la Biblioteca de la ciudad, tomamos un bus hacia Kendall para bajarnos en Newby Bridge, el que nos costó 2.75 libras. Para que tengan una idea, 1 libra en este momento son 838 pesos chilenos, y me parece bien decir que el Reino Unido ES CARO. La semana pasada tuve unode esos días y estuve lamentándome por haber escogido viajar a Inglaterra, pues realmente la plata se va como si nada y cuando viajas con un presupuesto ajustado no es la mejor sensación. De todas maneras, he podido arreglármelas para gastar diario no más de $10.000.

    Tras 20 minutos nos bajamos en nuestra parada y comenzamos a caminar hacia el punto de partida del barco en el que recorreríamos el Lago Windermere.

    Navegando el Lago Windermere en Inglaterra

    El camino no tenía vereda para peatones, y aunque no era tan transitado como una carretera igual tenía bastante movimiento vehicular, así que decidimos seguir el sendero designado para peatones que era a los pies de la montaña. El día anterior había llovido por lo que el paisaje, un bosque de altísimos árboles era de un color verde vivo, el que era complementado por el musgo y los rayos de sol que se colaban a través del follaje. Muchos árboles estaban en el suelo, arrancados de raíz y cruzados en el camino, e imagino que pudo haber sido producto de una tormenta o los fuertísimos vientos que 10 días antes hubo en Ulverston.

    Navegando el lago Windermere en Inglaterra

    Navegando el lago Windermere en Inglaterra

    Recuerdo que ese día jueves por la tarde quise salir a caminar mientras escuchaba el disco The Bends de Radiohead, y aunque estaba a máximo volumen la música aún así podía escuchar el viento soplando y sacudiendo las copas de los diversos árboles del bosque que separa al centro Manjushri de la orilla de la bahía de Morecambe. Incluso mientras me acercaba a la playa la fuerza del viento era tal que me costaba caminar, pero una vez en la orilla, sentir el frío viento en la cara, el pelo y las manos y escuchar su potencia, fue una sensación exquisita, refrescante y renovadora. Cuando volví al bosque y me puse los audífonos nuevamente, quise sentir a los altos y sabios árboles. Abracé a algunos, y sobre otros simplemente me apoyé buscando refugio en ellos, y mientras sonaba Black Star en mi aplicación de Spotify y mi espalda estaba apoyada en este árbol de aproximadamente 20 metros, pude sentir la energía del viento que desde la copa y las ramas mecía todo el tronco hasta casi llegar a las raíces. Por un segundo pensé que había sido un temblor, y permanecí ahí por un rato para comprobar si efectivamente era el viento que estaba moviendo el árbol. Fue increíble sentir eso, sentir la fuerza natural de la madre tierra.

    Volviendo al día de excursión, luego de caminar por cerca de 30 minutos por este sendero llegamos a Lakeside, compramos los tickets y esperamos nuestra embarcación.

    Navegando el lago Windermere en Inglaterra

     

    Recorridos en barco por el Lago Windermere

    El servicio de barcos ofrece 3 recorridos, con diferentes precios. El amarillo lleva desde Lakeside hasta Bowness on Windermere (ver imagen de abajo), en la mitad del lago, y el precio por el ticket fue de 15.50 libras. Durante 40 minutos recorres el lago de sur a norte, y tienes bonitas vistas principalmente de casas construidas a la orilla del lago con sus respectivos muelles y en varias de ellas casetas para estacionar botes de remo o lanchas. Hay un par de islotes en el medio del lago bastante interesantes de ver también.

    Navegando el lago Windermere en Inglaterra

    Navegando el lago Windermere en Inglaterra

    Navegando el lago Windermere en Inglaterra

    Navegando el lago Windermere en Inglaterra

    Mientras recorres el lago Windermere es común ver otros barcos, lanchas, motos de agua y remeros atravesando este cuerpo de agua formado hace más de 13.000 años, cuya profundidad máxima alcanza los 66 metros. Suena harto pero en realidad no lo es: el lago Villarrica tiene una profundidad media de 120 metros y máxima de 165, mientras que el Todos Los Santos tiene una máxima de 327. No sé si lo he dicho antes pero estar viajando y conociendo otros lugares me ha hecho apreciar más todo lo que tenemos en Chile en cuanto a naturaleza y geografía, y cuando regrese lo primero que deseo hacer es recorrerlo de norte a sur.

    Navegando el lago Windermere en Inglaterra

    Luego llegas al muelle de Bowness on Windermere, donde puedes ‘mejorar’ tu ticket pagando 1.50 libras extra y tomar un segundo recorrido (color rojo). Este te lleva hasta casi el final del lago, donde las vistas son mucho mejores: el agua es más azul (desconozco la razón), un club de yates está al lado del muelle principal por lo que hay varios yates dando vueltas alrededor, lo que a mi parecer te da una bonita composición fotográfica.

    Navegando el lago Windermere en Inglaterra

    Navegando el lago Windermere en Inglaterra

    Subiendo por el agua te vas acercando a las montañas del Lake District National Park, que son comúnmente visitadas por amantes del trekking y que embellecen de forma notoria el plano general que observas desde el barco.

    Navegando el lago Windermere en Inglaterra

    Este segundo recorrido fue de 25 o 30 minutos, y finaliza en Ambleside, donde puedes permanecer en el mismo barco para regresar al Bowness on Windermere, o bajar a tierra hacia el pueblo y tomar un tren ahí hacia tu destino. Nosotras nos quedamos en el barco hasta Lakeside donde comenzamos el recorrido por las aguas del Windermere, ya que los valores por los tickets que señalé son ida y regreso.

    Navegando el lago Windermere en Inglaterra

     

    Hoad Hill Monument

    Ya de vuelta en la muelle inicial, teníamos que regresar al camino para esperar el siguiente bus a Ulverston, que pasaba en aproximadamente una hora y media más. Yo no quería volver a caminar por el sendero del bosque, pues en algunos momentos fue difícil pasar por arriba o debajo de los troncos caídos y el suelo barroso no ayudaba mucho en esto, así que le propuse a Inés que hiciéramos dedo hasta la salida. El tercer auto que pasó nos llevó, y cuando llegamos al paradero teníamos dos opciones: esperar 80 minutos por el bus o hacer dedo nuevamente. Obviamente la convencí de lo segundo, no estaba ‘ni ahí’ con esperar tanto rato para mas encima tener que pagar para volver a Ulverston, mientras la otra opción era más rápida y gratis jaja. No fue tan fácil esta vez pero al cabo de 10 minutos una señora y sus hijas adolescentes pararon en la orilla y nos ofrecieron llevar hasta el pueblo.

    Quisimos aprovechar el día e ir al faro ubicado en Hoad Hill, el que se ve desde todo Ulverston pues está ubicado en la montaña más alta del pueblo. En realidad no es un faro, si no más bien un monumento a Sir John Barrow (1764–1848), el hijo ilustre más famoso del pueblo, pues fue un ávido explorador, navegante y naturalista, liderando expediciones en China, África y el Ártico.

    Navegando el lago Windermere en Inglaterra

    Navegando en el lago Windermere, Inglaterra
    Mural sobre la vida de Sir John Barrow en Ulverston

    Desde la cima del cerro puedes ver Ulverston en su totalidad, Morecambe Bay y parte del Lake District National Park. Incluso desde ahí se puede ver el Centro Manjushri (muy pequeño pero se ve) y con mi lente de 75-300 mm logré tomar un par de fotografías a éste, su bosque y la playa que describí anteriormente.

    Conishead Priory a la derecha y Morecambe Bay detrás, visto desde Hoad Hill

    Finalmente bajamos el cerro y llegamos al centro del pueblo, donde nos separamos ya que Inés quería recorrer un poco más, y yo seguí mi camino hacia Manjushri.

    Este fue mi último día en el centro, ya que al día siguiente tomé un tren hasta Edimburgo, ciudad que me maravilló por su historia, medieval arquitectura y bellísimas vistas.

     

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    Voluntariando En Un Centro De Budismo Moderno

    En el post anterior dije que contaría mi experiencia en Manjushri, la ‘casa central’ de una organización llamada The New Kadampa Tradition – International Kadampa Buddhist Union, que promueve el estudio del Budismo Mahayana y la meditación a través de libros, cursos y cientos de centros repartidos alrededor de Europa y el mundo desde 1991. En Chile el centro principal está ubicado en Providencia, Santiago, y según el sitio, también hay centros, o al menos clases, en regiones.

    La creencia que sostienen los seguidores de esta doctrina es que el camino para ser verdaderamente felices en nuestra existencia humana es a través del control de nuestra mente, para así poder tener paz mental, que es la fuente de la felicidad. Por lo tanto, a través de la meditación diaria, y de actuar y pensar de manera pura, todos los seres humanos podemos alcanzar la iluminación y nuestro máximo potencial, el que debemos utilizar para hacer el bien en el mundo y ayudar a otros a alcanzar la iluminación.

    Lo que me atrajo para ir a este centro fue el poder practicar la meditación a diario, junto con la oportunidad de aprender un poco sobre budismo. Estando ahí me di cuenta que con la parte filosófica concuerdo en su mayoría, pero con la religiosa no. No me siento cómoda con ciertos ritos, cantos y creencias, principalmente con la de seguir un líder. Por esto, enfocaré este post en lo que fue mi experiencia viviendo en el centro y compartiendo con todas las personas que ahí conocí.

    Pauline con uno de los libros de Kadampa

    Llegué a Manjushri el 19 de febrero, tras tomar un tren desde Mánchester a Lancaster y otro desde ahí a Ulverston. Un viaje de cerca de dos horas y media hacia el noroeste de Inglaterra, hacia el famoso Lake District. ¿Por qué famoso? Porque es una de las pocas partes del país donde hay montañas relativamente altas, verdes praderas y grandes lagos, todo en conjunto. Ubicado en las ‘Highlands’ de Inglaterra, es uno de los principales destinos turísticos de los ingleses debido a los paisajes naturales y a las actividades que se pueden realizar ahí: andar en bote, moto de agua, remar, pescar, trekking, acampar, etc. Un dato importante es que en el Lake District National Park está la montaña más alta de Inglaterra: el Scafell Pike, con 978 metros sobre el nivel del mar. Esto no es mucho si lo comparamos con Chile, y personalmente al estar ahí me di cuenta de lo extremadamente hermoso que es el sur de mi país.

    Vista desde Hoad Hill

    Manjushri y la historia de Conishead Priory

    El centro Manjushri se encuentra en la Bahía de Morecambe, a 3.3 kilómetros de Ulverston, un pueblo de aproximadamente 11 mil habitantes que pertenece al distrito de Cumbria. Conishead Priory, una casona estilo gótico romántico cuya construcción data de 1849, es el lugar que aloja este centro de meditación budista. Sin embargo, la historia de Conishead Priory comienza en 1160 como un hospital para las personas pobres, indigentes y leprosas de Ulverston, dirigido por la orden religiosa de San Agustín. En 1537 la propiedad fue confiscada por la Corona de Inglaterra, y durante los siguientes años fue la vivienda de Lords y sus familias pertenecientes a la clase aristocrática.

    Conishead Priory a la derecha y Morecambe Bay detrás, visto desde Hoad Hill

    Desde 1683 la casa pasó en manos de John Braddyll, y 5 generaciones de aquella familia vivieron ahí hasta 1847. En 1818 su último dueño, Thomas Braddyll, decidió reconstruir la propiedad desde cero tras el evidente deterioro, y 15 años más tarde la actual Conishead Priory estaba terminada. Tristemente Thomas no alcanzaría a disfrutarla por mucho tiempo: en 1848 se declaró en bancarrota y se vio obligado a venderla. Fue comprada por un sindicato escocés y transformada en un hotel hydropático con toda clase de lujos para los huéspedes, contando con incluso su propia estación ferroviaria desde Ulverston.

    Ulverston visto desde Hoad Hill

    En 1928 Conishead Priory nuevamente cambia de dueños y se convierte en una casa de convalecencia y entretención para los trabajadores de los campos de carbón de Durham, pero tras el comienzo de la Segunda Guerra Mundial la emergencia cambió los planes y Conishead llegó a ser el hospital militar más grande del Noroeste de Inglaterra, con capacidad para 400 pacientes. Se estima que 8.000 pacientes fueron tratados en el hospital desde octubre de 1940 hasta agosto de 1945. En 1972 la tenencia de la propiedad por parte de las Minas de Durham llegó a su fin, quedando sin residentes por 5 años, hasta que en 1976 fue comprada por sus actuales dueños para convertirla en el Centro Manjushri de Meditación Kadampa.

    Viviendo como voluntaria en Manjushri

    Cerca de 130 personas habitamos Conishead Priory mientras estuve trabajando ahí entre residentes, monjes, monjas, administrativos y otros voluntarios como yo. Estos últimos sumábamos 40, y los principales países de origen eran Reino Unido, España, México, Alemania y Francia, en ese orden. También habían personas de otros lugares como Grecia, la India, Polonia, Kazajistán, Australia, Brasil, y yo, la única chilena. La mayoría de nosotros, al igual que yo, habíamos llegado a Manjushri gracias a Workaway. Creo que la voluntaria más joven que conocí tenía 17 años, estando la mayoría en nuestros veintes. Entre los residentes y monjes/as el rango etario iba desde los 20 y algo hasta los 70 me atrevo a decir.

    Esta diversidad significó para mi lo más enriquecedor del lugar, pues pude aprender un poco a través de estas personas sobre la cultura de sus países, sobre sus vidas y su historia, sus luchas personales, sus creencias, el porqué estaban ahí… Independiente de donde vengamos, todos los seres humanos buscamos lo mismo en la vida, que es encontrar nuestra felicidad y sentirnos en paz. Independiente de nuestra nacionalidad y diferencias físicas o culturales, somos seres sociales y disfrutamos de la interacción con otros, y formar parte de una comunidad y convivir por 21 días con personas bellas como las que encontré en Manjushri, es una experiencia que recomiendo totalmente.

    Julie y yo saltando una reja en nuestro día de trekking

    Un día normal para mí en Manjushri comenzaba a las 7 am, hora a la que me duchaba para estar lista a las 7:30 en la habitación de Mariana, donde nos reuníamos con 4 chicas más a practicar yoga por cerca de 30 minutos. Luego bajaba al comedor a tomar desayuno: leche de arroz o soya con avena y fruta. Estaba la opción de comer pan, pan sin gluten, mantequilla, queso, olive spread para los veganos, mantequilla de maní, mermeladas y una pasta llamada Marmite, muy popular acá en el Reino Unido y creo que en toda Europa, la que se elabora a partir de la levadura de cerveza.

    El comedor de Manjushri

    A las 9 comenzábamos a trabajar, y ahí yo me dirigía a la cocina a ayudar al cocinero del día a preparar el almuerzo para todos en el centro, o ayudaba a Dave, encargado del World Peace Café, quien por lo general me pedía hacer hummus para los sándwiches del café o la deliciosa ensalada de papas, cebollín, mayonesa y alcaparras que servían.

    En la cocina junto a Dave y mi amigo Nick 🙂

    La última semana que estuve en Manjushri, Dani, el manager de la cocina, me cuenta que el cocinero del día estaba enfermo, y me pregunta si podía (y quería) hacerme cargo yo de la preparación del almuerzo para todo el centro. Obviamente respondí que sí y ese día fue INCREÍBLE!!!! Tuve la ayuda de 2 residentes y una voluntaria más, y logramos sacar la comida a tiempo preciso. Recibimos varias felicitaciones y uff, la satisfacción de cocinar para más de 100 personas!

    El día que me tocó ser Chef 😀

    A las 11 teníamos un break de 30 minutos, y la mayoría de nosotros íbamos a la sala de estar a tomar té o café acompañado de galletas, queques y otras cosas que nos servían. Luego volvíamos a nuestras labores y quienes querían podían asistir a una de las dos meditaciones guiadas que a diario se realizaban a las 12:30 y a las 2 en el World Peace Temple.

    World Peace Temple

    El almuerzo era de 1 a 2 de la tarde, y se servía obviamente sólo comida vegetariana, con opciones para quienes eran veganos o intolerantes a la lactosa y al gluten. De las 3 semanas que estuve en el centro sólo recuerdo tres ocasiones en que no me gustó la comida, contando almuerzo y cena, ya que generalmente era todo bastante sabroso y tenías diferentes opciones para poner en tu plato de acuerdo a tu gusto. De 3:30 a 4 teníamos un segundo break igual que en la mañana, y luego a las 5 la jornada laboral había acabado y podías destinar el resto de tu día en lo que quisieras.

    El camino para entrar a Manjushri

    Si leer esto te ha provocado interés en hacer un voluntariado en alguno de los tantos centros, pero el tema de la comida por ser vegetariana o qué se yo, te preocupa, diré que hambre acá no se pasaba. Al contrario, todos coincidíamos en que siempre había mucha comida, y yo lamentablemente subí un par de kilos que estoy perdiendo de a poco.

    Los trabajos a los que podías optar en el Centro Manjushri era householding, trabajar en el World Peace Café, jardinear en el periodo de verano, ayudar en la cocina como lo hice yo, o estar en el Art Studio donde hacían figuras de Budas y adornos para luego enviarlos a los centros repartidos en el mundo. De hecho más de 10 personas me contaron que recientemente habían enviado un Buda al Centro de Santiago cuando yo mencionaba que era chilena.

    La playa de Morecambe Bay completamente nevada

    Como Manjushri no está dentro de Ulverston, la locomoción es escasa y en invierno oscurece temprano, la mayoría de nosotros sólo iba al pueblo los fines de semana y caminando (35 minutos). Las tardes durante la semana yo las ocupaba leyendo, caminando o trotando por el lugar cuando el clima lo permitía o tomando fotos, pues el escenario es bastante bonito como pueden ver. El lounge era el lugar donde la mayoría de los voluntarios conversábamos sentados en los sillones con nuestras tazas de té, a veces en torno a un maso de cartas, discutiendo sobre religión, espiritualidad, explicando cómo eran ciertas cosas en nuestro país o simplemente conociéndonos.

    Todos los jueves en un bar del pueblo era noche de karaoke… Fui dos veces y bueno, les dejo un video mejor de Daniel (residente mexicano y manager de la cocina, o sea, quien fue mi ‘jefe’) y yo en primer plano cantando With a Little Help of My Friends jajaja

    Si no estaba lloviendo, lo que en Inglaterra no es muy frecuente, algunos aprovechábamos el fin de semana para ir de excursión. Yo lo hice dos veces: el primer fin de semana que estuve fui con Pauline (Australia) y Julie (Francia) a Bardsea, a un par de kilómetros de Manjushri, y nuestro trekking fue completamente distinto a lo que esperábamos pues terminamos caminando por casi una hora en un cerro lleno de barro y excremento de oveja, como pueden ver en el siguiente video.

    Mi segunda excursión fue un domingo, el día antes de partir a Edimburgo. Con Inés (Alemania) recorrimos el lago Windermere, que es el más grande de Inglaterra. Luego subimos a Hoad Hill, el monumento a John Barrow desde donde se tiene una vista total de Ulverston, Morecambe Bay y el Lake District National Park.

    Lago Windermere
    Monumento a John Barrow en Hoad Hill

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    ¿Tienes alguna pregunta sobre el voluntariado en Manjushri Kadampa Meditation Center?